Yo quiero abrir la ventana, quiero mirar afuera, quiero dejar entrar el viento, quiero dejar fluir mi imaginación, quiero abrirla con fuerza y que la lluvia me moje el piso, que me suba por la escalera, que me deje sin mucho aviso.
Y si, a veces me gusta sentirme perdida, desconcertada, aflijida, me gustaría perderme, para encontrarme, buscarme, y si... bueno, espantarme.
Me gusta soñar que estoy cayendo y caigo y caigo y caigo cada vez más lento pero que nunca me estrello, y es lo más lindo, sentir que uno vuela sin nada que se interponga en tu aire, en tu viento, en tu vuelo, que nunca vas a caerte que nunca tendrás que tocar el suelo.
Pero, que suerte cuando uno puede tocar el piso, sentir la tierra, con los pies, la piel, con todo tu cuerpo revolcarse por el suelo y dar una, dos, cuatro, mil vueltas.
Que lindo es escuchar lindas melodias y dejar que tu cuerpo haga los movimientos que quiera y que esté libre, libre como el agua en el mate.
Que lindo abrir la ventana y que llueva, pero que suerte que de vez en cuando sale el sol.
Que lindo tenerte tan cerquita, aunque a veces es lindo también alejarnos un poco.
Que bueno es perderme entre las palabras.
Que lindas las ausencias cuando sirven para avivar.
Que extraña es la memoria.
Cómo me gusta que la memoria sea extraña.
Como disfruto escribir lo que quiero.
Cuanto quiero querer lo que escribo.
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QUE BUENO VOLVI A ESCRIBIR ESAS COSAS QUE SE ME PASAN POR LA CABEZA. CHAU TENGO SUEÑO. CANDE